EMERGENCIA POR EL DERRUMBE DE LAS PIRÁMIDES ES CONSECUENCIA DE LA NEGLIGENCIA DEL ESTADO Y DE LA CODICIA DE LOS CIUDADANOS

La emergencia económica de hoy, es consecuencia de la negligencia del Estado y de la codicia de los ciudadanos. Si bien es cierto, que no se puede pasar por encima de los procedimientos legales, también es cierto que el Estado debe ser eficiente y oportuno en el control, para dar seguridad económica a los colombianos.

Falló la Fiscalía, por no aplicar a tiempo las medidas necesarias para evitar la posible estafa y la captación masiva y habitual, prohibida por el decreto 2920 de 1982 y venir a trasladar hace solo 15 días la facultad de policía judicial a la Superintendencia de Sociedades, pero también falló el gobierno, pues la Superintendencia de Sociedades y la Financiera, tuvieron más de un año para poner en cintura esta actividad.

A estas ventas, mediante el sistema de clubes o como se llamen, se les ha debido pedir una relación patrimonial, como sucede en el sector financiero, exigiendo un monto de capital elevado a los accionistas de las empresas que no expusieran los ahorros de los ciudadanos. En todo caso, se debe diferenciar las ventas por clubes de la pura captación masiva y habitual recientemente desarrollada a través del sistema de pirámides.

Es deber del Estado, a través de las diferentes ramas del poder público, garantizar una seguridad integral a los ciudadanos. La seguridad física de las personas, debe ir acompañada de su seguridad económica y de la protección de sus bienes.

Todas las situaciones recientes deben llevarnos a la pregunta obligada ¿Cuál es el Estado que necesitamos? Un estado que garantice seguridad en un sentido amplio para todos y que además, regule, vigile, se anticipe y promueva el desarrollo de la nación y de los individuos.

Llevamos un año largo oyendo los riesgos que sufre la gente por los ahorros en estas empresas y sigue presente el vacío político y la ausencia total de capacidad pro-positiva, pero también pidiendo a los ciudadanos reflexionar sobre la lección aprendida con esta dolorosa experiencia, pues el dinero fácil, la estabilidad y la seguridad normalmente van en contravía.
Llamo a los ciudadanos a reflexionar acerca de la lección: el dinero fácil y la seguridad van en contravía.

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